martes, 30 de octubre de 2012

La Isla. Parte VI

Abres los ojos. Se resienten. La claridad ahoga tus pupilas. Sin apenas vacilar, te giras decidido y dispuesto a lanzarte a la mar. Acercas el bote a la orilla con algún alimento que será tu única compañía durante el trayecto. No hay demasiado oleaje, por lo que prevés una travesía tranquila, es más, estás dispuesto a disfrutar del viaje, adorando la manera en que el mar mecerá tu "buque".

Te subes. Coges los remos con fuerza. Fijas la mirada en el horizonte. No tienes prisa, has estado una buena temporada en La Isla, quieres ir sobre seguro. Apenas cuando llevas 200 metros, paras, te vuelves, es instintivo, por si acaso se te olvida algo en tierra, aunque segundos después te das cuenta de que nada se te podía olvidar, estabas tú y nada más, así que prosigues tu camino, en el que alguna aventura seguro que encontrarás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario