sábado, 3 de noviembre de 2012

La Isla. Parte VII

Después de varias horas decides descansar, estás agotado, llevas una temporada sin buena alimentación y sin apenas descanso. Abres un coco, bebes su agua y comes un par de otras frutas que lograste recolectar antes de partir.

No ves nada extraño, el tiempo es agradable, no hay demasiadas olas y tampoco parece que ningún calamar gigante ni tiburones de película puedan estar acechándote, así que, te muestras tranquilo.

Echas un vistazo a lo lejos y observas que más o menos te encuentras a mitad de camino, pero has de llegar antes de que anochezca si no quieres pasar una noche alerta en medio de la nada sin saber lo que allí pueda sucederte. No parece que las corrientes te vayan a retrasar mucho así que no perderás tiempo.

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